Britney iba encaminada al fracaso, por todas esas razones más que públicas. Sin embargo lanzó un buen single ‘Gimme More’, la pregunta era cómo iba a ser el álbum. Pues a pesar de esa horrenda portada no es malo, tampoco es que sea lo más, ni es que vaya a ser recordado mucho más allá de este año. Le ocurre lo que a muchos, que cuando escuchas 30 segundos de cada canción, te imaginas que cada una es un temazo, pero luego poco a poco la mecha se acaba y todo queda diluido, y al final me acuerdo más de sus locuras que de lo que canta. Eso sí, olvídense aquellos que esperaban un retorno a lo negro, porque nada de nada, es muy pop, incluso diríamos que puede sonar hasta muy sueco, y que me imagino a cualquier rubia o morena genérica de allí sacándolo, con toque urban. El problema es que todo se queda a medias, mucha producción, muchas texturas pero poco gancho al final, viene a ser también lo que le pasaba al Body Language de Kylie.Entre las mejores y sin contar el single, ‘Get Naked’ susurros, voces que se solapan, buena producción, y toques completamente electrónicos a lo Daft Punk.'Radar' se queda muy lejos de 'Toxic', ‘Freakshow’ nos hace aburrirnos rápidamente y juego un poco más con los sonidos, parece completamente sacado de ‘In the Zone’. ‘Toy Soldier’ suena bien, pero con la voz algo distorsionada, y sería un buen segundo single. En general el problema del disco es que suena plano, igual, casi no se distinguen los temas, todo está hiperproducido, hipersintetizado, y aunque eso no tiene porqué ser malo, aquí sí lo es. Esa es la razón por la que destacan tan pocos temas del disco, porque andan perdidos entre muchos. En fin que quien esperaba el disco del año, o del siglo que espere, Britney al final nos da un disco pop average con sólo un par de temas brillantes. Decepcionante, porque cuando escuché los 30 segundos pensaba que iba a ser lo más.
Spraystómetro – 6/10
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