'Don't fucking tell me what to do' es uno de esos temas más electrónicos y con un toque más urbano que supone toda una declaración de intenciones de lo que acaba por irritar a Robyn, y en medio de todas las cosas que no le gusta hacer que odia y que no quiere que le digamos, la melodía y la letra acaban en tu mente grabadas a fuego. 'Fembot' es mucho más pop y con una melodía más luminosa y que encaja a la perfección con los temas más brillantes que nos ha dado Robyn. Y a pesar de un sonido alegre en realidad es la típica canción sobre los escombros que quedan cuando relación termina. 'Dancing on my own' es un trallazo que vuelve sobre el terreno de 'With every heartbeat' con ese toque a medio camino entre la pista de baile y una melancolía inabarcable, de hecho viene a retratar ese sentimiento que nos invade cuando vemos a alguien que nos gusta con otro besándose, nos damos media vuelta y seguimos a lo nuestro con dignidad. 'Cry when you get older' es un temazo pop, lo mismo que 'Danceball Queen' que con un toque entre electro y reggae es mi canción favorita del álbum, no puedes parar de repetirla. 'None of Them' con Royksopp es otro imprescindible de este disco donde no sobra nada, en este caso con una base completamente adictiva y misteriosa que te lleva a una atmósfera donde difícilmente pueden trasladarte temas pop que no sean de Robyn. El disco se cierra con la bonita 'Hang with me' en acústico y 'Jag Vet En Dejig Rosa'.
'Body Talk Part 1' sólo tiene una pega en su inmensidad pop y es la lata de tener que esperar para poder escuchas sus otras dos partes. En un mundo ideal Robyn sería la estrella de pop única. 8,75/10
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