Gabriella Cilmi era una de mis apuestas personales para este año, vamos que esperaba su disco y he seguido todo con atención, pero al final se ha quedado en algo así como Siobhan Donaghy, propuestas que el gran público ignora y que los modernos consideran demasiado comerciales para comentar en sus webs de cabecera. Yo como tengo mi doble alma, pues todo este rollo encuentra mucho hueco. Total vamos a ver que lecciones se aprenden con Cilmi.Primero sorprende que el disco tenga la mano de Xenomanía, cuesta ver lo que suelen hacer y es una pista también de lo que podrían hacer con FF, en cualquier caso la voz sedosa con toque soul y tremendamente adictiva de Gabriella se mete y no dan ganas de pasar de pista en ningún momento, aunque haya subidas y bajadas el nivel se mantiene. Para ser justos hay que decir que tiene poco que ver con Adele o Duffy, es mucho más suave, con muchas menos pretensiones y una frescura ausente de ambiciones que las otras no tienen. Donde ellas ponen una actitud falsa, Cilmi pone sólo su naturalidad. Algunos dirán que es sosa, pero que más da.
Sweet about me, Sanctuary son buenos temas, dulces; Got no place to go sube el ritmo y engancha, a partir de aquí todo crece y la rapidez aumenta. Messy es un buen himno al caos y suena más indie que el resto. Cigarrettes and lies es de lo mejor y entra en esa categoría de canciones que bien podrían estar en cualquier buena banda sonara y poner sonido a los setenta. ‘Echo beach’ es un final perfecto para un disco que puede pasar al olvido pero que por mi parte estará entre lo más a finales de año. Para recordar, para escuchar, para dejarse llevar…y lo mejor es que esta australiana aún es muy joven, hay mucho más…7,5
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