¿Qué pasa con Madonna?

Ídolo de la mayoría de gays, idolatrada por talifanes que pululan por medio mundo, y omnipresente en este mundo, la reina del pop empieza el año con un aspecto viejuno pero muy estirado, con unos looks pasados, y con un single que ha confirmado los peores temores de muchos. Aquí van las razones para empezar odiando ese Hard Candy, claro que hay razones para la esperanza pero de momento pesa más lo malo:

1. Es un intento más que descarado para ganar mercado en USA. Un lugar donde ella anda fuera de lo que se escucha en las listas y ni falta que le hace. Nunca la ambición de Madonna había sido tan torpe y tan poco sútil.

2. Muchos de sus fans que despreciaban el sonido de Timbaland, dirán ahora que es lo más, sacarán miles de estadísticas, y asistiremos a una defensa a ultranza de lo que es un single que se puede escuchar 20 veces y como si nada.

3. No aporta nada, es una cosa que encajaba en cualquier disco producido por Timbaland, y encima no es de sus mejores cosas.

4. La absurda guerra que se traerán los seguidores de Mariah y Madonna con el lanzamiento de sus discos el mismo mes.

5. La horrenda portada del single.

6. La peligrosa obsesión de Madonna con el tiempo y sus tics tacs.

7. El empeño por parecer cada vez más un esqueleto fibrado pero insano.

8. El título que recuerda a la peli del mismo título y que no suena nada original, lo podría haber puesto la misma Mariah cambiando el Hard por Sweet.

9. Los ruidos, a veces da la impresión de que es lo único que hay, las voces son más accesorias que nunca.

10. Será una pena que esto llegue al uno, porque será el triunfo de cierta mediocridad musical americana, estuvieron bien los temazos de Justin o Nelly Furtado, pero Madonna llega dos años tarde, un siglo en música.