sábado, 13 de marzo de 2010

El fin de..



Ser radical y llevar las cosas al límite siempre parece peor que tener una actitud más correcta, pero lo cierto es que al final los resultados son casi intercambiables, todo tiene más que ver con lo que de verdad queremos que con el método mismo. En un mundo naive e ideal podemos llegar a pensar que todo es posible, pero al final cuanto más acabas conociendo al ser humano más cuenta te das de que los patrones de comportamiento se repiten. Por más que intentes creer en las múltiples posibilidades de todo, en general la ganadora será aquella que te recuerde más a lo que siempre te ha pasado. La indeterminación de los que tienen como forma de ser la 'fluidez' suele ser una tortura para los que creen más en la determinación, es una combinación absurda. Uno cree que es mejor ver cómo surgen las cosas y el otro creerá que no le da importancia a lo que él sí se la da, en suma es mejor eliminar a esa persona antes de que la incompatibilidad sea real, y no hay duda lo pasará peor el determinado.

Tampoco tiene sentido esa nueva forma de ligar que acaba dando el tuenti o el facebook en vistas de un encuentro futurible indeterminado, las cosas son sencillas si te gusta alguien te apetece conocerlo y verlo y después veremos. El resto son juegos que resultan atractivos con 15 años pero que con el tiempo pasan a ser como una predecible película para adolescentes, a estos veinteañeros que se han educado con internet como telón de fondo y con una realidad difusa es mejor apartarlos.

Hace tiempo que perdí la confianza en nosotros mismos, de hecho yo mismo habré sido a veces uno de esos que yo mismo acabo detestando y de los que huyo. El ser humano tiene una cosa común a todos su egoísmo y los decorados variables según las circunstancias para adaptarse a los que otros quieren oír, pero que nadie se engañe esos cuentos son de consumo rápido, fácilmente olvidables. Al final lo mejor que podemos hacer es decidir quién está y quién no en nuestro mundo, y si para eso hay que ser radicales pues que así sea, mejor que alguien te aprecie por lo que de verdad eres que por lo que no, y mejor tener al lado a gente clara que a mareantes personas que lo único que hacen es crear una espiral de falsas percepciones y sentimientos vacíos para llenar su tiempo.

1 comentario:

Quique dijo...

Qué razón tienes...

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