Antony Hegarty nunca ha sido una persona que haya despertado mis simpatías, nunca he sentido fascinación alguna por esa voz que me evoca tormento y sufrimiento más que algo placentero, y sí al menos tiene la capacidad de dar emociones pero no entran dentro de las que me gustan siempre. Con todo al final he decidido dar una oportunidad a su nuevo disco, después de marginar deliberadamente a 'Blind' de las mejores canciones del año por su presencia. Posiblemente nadie le prestaría tanta atención sino fuera por su aclamado segundo disco 'I'm a bird now' pero el caso es que contra todo pronóstico el disco me ha gustado por su gran sencillez. Los arreglos y las melodías están tan bien tratadas que este en un disco lleno de emociones pero que se aleja de lo que a veces la afectadísima voz de Hegarty nos dice, es decir frente a una voz tan personal y tan cargada por sí misma el acompañamiento es acertadamente sencillo, minimalista...Un ejemplo es la genial 'Epilepsy is dancing', 'Kiss my name' es un buen intento de algo con más ritmo y la voz suena más clara menos épica que en otros intentos. 'Another world' con su extrema delicadeza es otra canción ideal para adentrarsen en este disco, todos a veces necesitamos un nuevo mundo.
'The Crying Light' puede pasar desapercibido por su supuesta ligereza pero desde luego este tipo de disco va acorde con los recursos vocales de Hegarty y no debería decepcionar a sus seguidores y sí ayudarle a ganar unos cuantos más. 7,25
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