sábado, 24 de enero de 2009

Revolutionary Road.



La lluvia cae de forma diferente a través de mi ventana, se desliza, las gotas no impactan contra el cristal y caen con lentitud, parece que al ponerse en contacto con él se agilizan y van disparadas, son como lágrimas. Esas ventanas además de grandes son perfectas porque con una sola imagen son capaces de decir mucho más de lo que imaginamos. Mi cara detrás del cristal mirando la ciudad, la mirada perdida y una sensación extraña. Ese rostro a través del cristal, inexpresivo, inerte, perdido en unos pensamientos en donde la lluvia cae finamente, ese es el rostro de la impotencia; de las sentencias que uno sólo espera que sean ejecutadas.

Hay un plano en 'Revolutionary Road' en donde ese rostro detrás de la ventana nos resume la película, esa insatisfacción, esa condena dentro de la propia vida. Los que están dispuestos a arriesgar y los que no lo están, los conformistas, la comodidad como forma de vida insatisfactoria pero suficientemente segura...Y el final de la propia insatisfacción. La actuación en nuestras vidas, los sueños reducidos a cuentos infantiles, las normas no escritas que se cumplen, la histeria desatada. Sí, Revolutionary Road es capaz de decir muchas cosas, muchos la verán y pocos serán capaces de admitir la mediocridad de sus propias vidas, o las ilusiones nunca cumplidas, mirarán a otro lado; pero el gran potencial de esta película es incomodar, poner el dedo en nuestras cómodas vidas, desmontarlas y hacernos reflexionar sobre que sentido tiene nuestra existencia. Si logra eso aunque sea un par de segundos todo merecerá la pena. 8,75

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