La verdad y aún a riesgo de que medio país se sienta ofendido tengo que confesar que este es un país con tendencia a mangar, a mentir y con poca educación. No, no es que crea que el resto sean mejores, es que eso es lo que creo del nuetro. Hay dos muestras recientes de ellos, una de cuestión de forma y otra de fondo pero que retratan perfectamente la hipocresía social de nuestro país. La primera son los participantes de 'Tengo una pregunta para usted', se espera más de adultos educados la verdad, lo que pudimos ver era a ciudadanos ansiosos por mostrar su enfado, por formular preguntas repetidas, por buscar su minuto de lucimiento por encima del interés de las preguntas que sólo fueron incisivas y buenas en un par de momentos, como con la pregunta de las armas que por otro lado retrato la hipocresía de quienes nos gobiernan. Además de interrumpir en sus respuestas al presidente y de usar un tono inadecuado en muchos casos, aquí hay una cuestión fundamental de forma, el lenguaje se pierde como se pierden los modales en una sociedad que empieza a asumir como aceptables los comportamientos tipo Aída. La exquisitez en la forma no exime de un fondo cochambroso, ese es el caso de Susana Griso. Cree ella que por dejar el corazón en manos de una que pasaba por allí conserva el aire serio pero no. Ese aire se va cuando mete el dedo en las desgracias ajenas, y deja que los colaboradores hagan daño, sus formas son excelentes pero tras ellas se esconde una periodista inetresada en subir la audiencia y preocupada por las formas pero no en el cómo se consiguen más espectadores. Además de ser particularmente insidiosa y de ser una catalana muy cercana a los ideales conservadores que últimamente suelta cuando le da la gana, es un producto de A3, tendencias blancas en las formas, facherío encubierto y una ligera capa de barniz moderno que sirve de poco más que para dejar intuir su vacuidad global.
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